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Polanco

Aquí nació, pasó una gran parte de su vida, escribió muchas de sus obras y eligió como lugar de reposo llegada su hora, el gran escritor José María de Pereda. Fue en este lugar donde en el verano de 1893 escribe "Peñas Arriba", novela que queda interrumpida cuando a unos pocos pasos de su despacho, en el jardín de su propia casa, su hijo Juan Manuel se pega un tiro. Tiempo después finaliza su obra y volviendo a la primera página, se la dedica "A la santa memoria de mi hijo Juan Manuel".

Los Picos de Europa

El valle de Liébana está completamente rodeado de las altas cumbres de los Picos de Europa que le protegen; es precisamente esta orografía la que permite defenderse a España de la invasión árabe primero y francesa después. Otros montes dividen a su vez en cuatro valles la zona:Valdeprado, Cereceda, Valdebaró y Cillorigo con sus "regatos" y aspirantes a ríos un poco más tarde. El Deva y el Valdebaró, juntan sus caudales en la capital de Liébana Potes, y poco después se les une también el Valdeprado formando todos ellos el río Deva. Es en Potes donde se centra la vida del resto de lugares lebaniegos; el torreón del Infantado que casi nos hace vivir una época medieval con sus combates y luchas. Quizás se deba el nombre de la capital a sus puentes (Pontes en latín) sobre sus ríos. La invasión napoleonica fue la última fase violenta que vivió la villa con las 16 veces en que fue ocupada por las tropas francesas que fueron expulsadas una y otra vez por los bravucones montañeses que se rehacían y aparecían de los lugares más inverosímiles. A unos pasos de Potes, está el monasterio de Santo Toribio de Liébana, lugar de peregrinación en "Año Santo" porque aquí se custodia el brazo derecho de la Cruz de Cristo traido a España por el obispo de Astorga de uno de sus viajes a Jerusalén, y escondido aquí para protegerlo de la invasión árabe. Siguiendo el curso del Deva hacia Unquera, encontramos el pueblo de La Hermida sito en el desfiladero del mismo nombre donde el paisaje que se muestra a nuestros ojos es de una belleza extraordinaria, y donde en ciertas épocas del año, no llega la luz del sol. El curso del río en este tramo es un continuo zig-zag.

 

 

 


Santillana del Mar

Santillama del Mar y Altamira son nombres propios de la historia del arte en Cantabria. Durante mucho tiempo desconocida, recóndita y aislada; se diría que el tiempo se había parado en este bonito pueblo; con su Colegiata, escudos de armas, leyendas, permanecía en el total anonimato. Fueron algunos escritores como Jovellanos, Galdós y sobre todo Ricardo León con su novela "Casta de Hidalgos", los que "resucitarían"tan interesante villa. Muchos fueron los que después vinieron a verla con sus propios ojos:Unamuno, Gerardo Diego,etc.

El origen de su nombre está probablemente en su patrona Santa Juliana; en el siglo XI después de haberle dado a esta santa un par de nombres como "Concana" o "Planes", se la llamó Santa Illiana. Sus restos se encuentran actualmente en el claustro de la Colegiata.

La Colegiata, que fue en un principio un monasterio, es el más importante de sus monumentos; es ésta con su claustro el edificio más representativo del románico en Cantabria. Interesante es su puerta principal con restos de arcos múltiples, de medio punto y columnas acodilladas; son de gran belleza también los capiteles de las columnas. El retablo del altar mayor, de estilo gótico está adornado con pinturas de la escuela flamenca.

Pero Santillana no es sólo su Colegiata; toda la villa nos situa en una época medieval con torneos y justas. Sus palacios y casonas con blasones, evocan nombres de la historia de este rincón:los Mendoza, los Velardes,etc.

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